Hiedra
Aspecto y Estructura: La hiedra es conocida por sus hojas verdes oscuras y brillantes, que pueden ser lobuladas, dentadas o simplemente ovaladas, dependiendo de la especie y la variedad. Las hojas pueden crecer en tallos largos y delgados que se adhieren a las superficies mediante raíces adventicias.
Crecimiento: La hiedra es una planta trepadora y rastrera que puede crecer tanto en vertical como en horizontal, adaptándose a una amplia variedad de condiciones. Tiende a crecer vigorosamente y puede cubrir grandes áreas de paredes, cercas u otros soportes.
Floración y Fructificación: La hiedra produce pequeñas flores verde-amarillentas en racimos en la primavera y el verano. Estas flores son seguidas por bayas negras o moradas en el otoño, que son una fuente importante de alimento para aves y otros animales.
Hábitat y Distribución: La hiedra es nativa de Europa, Asia y África del Norte, pero se ha naturalizado en muchas otras regiones del mundo. Crece en una variedad de hábitats, desde bosques hasta jardines urbanos, y es especialmente común en áreas sombrías y húmedas.
Cuidados: La hiedra es una planta resistente y adaptable que requiere poco mantenimiento una vez establecida. Prefiere suelos húmedos y bien drenados, pero puede tolerar una amplia gama de condiciones de suelo. Se adapta bien a la sombra parcial o total, pero también puede tolerar la luz solar directa en climas más frescos.
Usos Decorativos: Debido a su capacidad para cubrir superficies y su atractivo follaje, la hiedra es popular como planta ornamental en jardines y paisajes. Se utiliza comúnmente para cubrir paredes, cercas, pérgolas y otros elementos arquitectónicos. También se cultiva en macetas como planta de interior o en cestas colgantes.